Nuestra clienta avaló personalmente los préstamos solicitamos para el ejercicio de su actividad profesional.
Acudió a nuestro despacho porque tenía una deuda derivada de diferentes sociedades mercantiles que acabaron todas concursadas, y las entidades bancarias ejecutaron el aval personal suscrito.
Una vez estudiado su caso, observamos que se cumplían todos y cada uno de los requisitos para acudir al mecanismo de la segunda oportunidad, por lo que decidimos iniciar los trámites de la reclamación.
En tan sólo 7 meses, el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Oviedo declaró que nuestra clienta se encontraba libre de las deudas conservando su vivienda habitual.